Dieta de índice glucémico bajo

El objetivo principal de seguir una dieta de índice glucémico bajo, también conocida como dieta cetogénica, es conseguir que el organismo sustituya la glucosa por una mayor proporción de grasas y aminoácidos (proteínas) como principal fuente de energía. Esto provoca en el cuerpo un estado de cetosis fisiológica. La cetosis implica que, cuando hay menos carbohidratos disponibles, se requiere de menos niveles de la hormona de la insulina, lo que conduce a una reducción de la lipogénesis (almacenamiento de grasa corporal) y, por tanto, una menor acumulación de grasa.

Después de aproximadamente tres días de ayuno de 16 horas o de una ingesta de carbohidratos drásticamente reducida (menos de 50 g/día), las reservas de glucosa se vuelven insuficientes tanto para la oxidación normal de grasas como para su suministro al sistema nervioso central. En este sentido, el cuerpo se ve obligado a encontrar una fuente de energía alternativa que se obtiene de la oxidación de ácidos grasos, pero también se producen más cuerpos cetónicos en sangre, que es la energía proveniente de las grasas. Recientemente, estas dietas han ganado popularidad para el manejo de la obesidad, la diabetes tipo 2 y los factores de riesgo cardiovascular en personas con sobrepeso.

Proporciones de los macronutrientes en la dieta de índice glucémico bajo

Para seguir una dieta cetogénica (dieta de índice glucémico bajo) se restringe el consumo de carbohidratos para garantizar que el cuerpo entre en cetosis. Siendo la proporción de macronutrientes dentro de los siguientes rangos:

  • Grasas: 65-80% de calorías.
  • Proteínas: 20-25% de calorías.
  • Carbohidratos: 5-10% de calorías.

Es importante realizar un seguimiento constante por parte del profesional, con sesiones semanales durante tres meses y, más tarde, mensualmente hasta completar como mínimo un año.

Alimentos ideales para una dieta de índice glucémico bajo

En una dieta en la que prevalecen los alimentos grasos y proteicos, Palau manifiesta la necesidad de fomentar sobre todo aquellos que presentan un perfil de grasas más cardiosaludables:

  • Pescado azul: Salmón, boquerón, sardina, atún, arenque, anguila, bonito, jurel, lubina y caballa, entre otros.
  • Frutos secos: Estos alimentos son ricos en proteínas vegetales y en fibra, además de que aportan grasas saludables. Además, entre los beneficios de su consumo, destaca también su aporte de vitaminas.
  • Semillas: Al igual que los frutos secos, las semillas también son fuente de proteínas y grasas saludables. Asimismo, la mayoría de ellas son ricas en vitamina B y E, así como en calcio, fósforo, hierro y potasio.
  • Aceite de oliva virgen extra: En línea con lo anterior, el aceite de oliva contiene grasas saludables y esenciales como Omega-6 y Omega-3.
  • Aguacate y aceite de coco:. Dentro del grupo de grasas buenas, sus beneficios para la salud son múltiples.

Como ya se mencionado anteriormente, este régimen es aconsejable, siempre que sea bajo supervisión médica, para personas que padecen obesidad, diabetes tipo 2 o que sufren factores de riesgo cardiovascular como colesterol, hemoglobina glicosilada y triglicéridos elevados asociados al sobrepeso. Además  hay evidencias de que la dieta cetogénica mejora los niveles de HDL-C (colesterol bueno) y disminuye los triglicéridos en comparación con una dieta baja en grasas… Cuerpo sano… y mente sana.

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